jueves, 22 de diciembre de 2011

El Socialismo a través de mi ventana

Mirando al horizonte a este bello paisaje que me enamora, y respirando hondo, me pregunto una y mil veces en qué momento convertimos el Socialismo (con mayúsculas) en el bello arte de la disputa, que no debate. En qué momento las urdimbres sirvieron para montar una silla desmontada al más puro estilo Ikea y por qué extraña razón hay dirigentes que consideran idiotas a los militantes, afiliados, simpatizantes y potenciales votantes.
No tengo tan claro que sean tan necesarios tantos manifiestos, escritos, libelos, soflamas, epístolas y demás letras unidas en meas culpas más falsos de Judas para que los militantes se sientan consolados como la necesidad de algunos de expiar las culpas que más se padecen cuando  la posibilidad de utilizar la silla se aleja por la poca pericia en el proceso de montaje.
Los únicos que son conscientes de lo que realmente sucede en el PSOE no son los de muchoPSOEporhacer ni los cincuenta movimientos más que salgan de aquí hasta el Congreso. Son los militantes, los simpatizantes, los votantes, los desencantados, los cabreados, los indignados, los apesadumbrados, los mercadeados, los utilizados, los parados y sus réplicas en femenino. Es el grueso de la sociedad, harta de que los pasteles se cuezan en hornos que sólo manejan unos pocos y que son capaces de vender su alma al diablo con tal de seguir siendo cocineros. ¿Primarias? Por supuesto, pero antes, las ideas. Sí, esas que si hubiéramos tenido tatuadas en el hipotálamo no nos hubieran abocado a la debacle electoral
En este pequeño hueco de pensamientos y por qué no, de desahogos hoy quiero dar las gracias a mis compañeros de Vega de Pas. Viendo las actuaciones de algunos compañeros, me he dado cuenta de que ellos sí son el exponente del socialismo que nos acerca a la gente. Ese grupo humano que funciona con el combustible del apoyo, la unión y la solidaridad. El uno para todos y todos para uno. Nadie pide nada y todo el mundo se arroga el fracaso y el éxito. Todo el mundo baja al ruedo y levanta al que la dureza de la embestida tiró al barro. Ese EQUIPO leal, honesto, trabajador y del que me siento tan orgullosa.
No, Eugenia, siento decirte que estás equivocada. Muy equivocada. Yo no sé si en Cantabria los que están pretenden seguir y los que estuvieron quieren volver. Lo sabes tú que lo afirmas. Y lo sabes tú porque para mí no es creíble el papel de simple debate que quieres hacer suponer de tus palabras. Lo curioso de todo es que, algunos de los que están, os lo dieron todo. Todo. Os dieron sitio, lugar, voz, medios, oportunidades, un modo de vida…pero la posibilidad de que eso se disipe os pone en el mismo disparadero que el que sufre el fumador por el cigarro que no disfruta tras la cena.
Os malcriaron, eso es verdad. Y eso sí que lo podremos reprochar los que sin tener nada de todo eso, tuvimos que fraguar nuestros nimios éxitos  a base de trabajo, esfuerzo y equipo.
Aunque a estas alturas, y visto lo visto, no me cambio por ti. Fui educada políticamente en ambiente hostil pero en una familia que me dio el calor necesario para no perecer de frío. En este pequeño mundo, en este universo de personas ocupadas y preocupadas por los demás, los cuchillos no tañen, los insultos no son contra nosotros y los objetivos son claros.
No sé cuál es la estrella que os guía a muchos de los que os consideráis despojados de derechos que suponíais in eternum en este partido. Yo sí sé cuál es la mía, y te ofrezco compartirla, la lealtad a las personas, a las ideas, a la gente que confió y que confiará pero, sobre todo, a la gente que confía y a la que nos debemos.
No es el tiempo de nuestros egos, rabias, odios, inquinas, frustraciones y caprichos. Es el tiempo de los que nos llevaron un día a lo más alto. A ellos nos debemos. Hagamos que se vuelvan a sentir orgullosos de nosotros.

1 comentario:

  1. y digo yo por alusiones, desde vega de pas, no habra que en vez de reinventar, recuperar, regenerar, etc, etc, empezar por educar y formar a una gran parte del personal en lo que esta bien y lo que esta mal, y como hacerlo bien, al estilo de barrio sesamo, que esto de la politica y el cortoplacismo son dos cosas que no encajan, que la tactica de la interrupcion, la falta, la zancadilla, molestar al propio y al contrario, solo le dan frutos en contadas ocasiones a los equipos mediocres, que si queremos ganar la champions electoral de los ciudadanos, tenemos que jugar en equipo, con un buen entrenador, con un esquema de juego claro que todo el mundo entienda, que cada uno ocupe su puesto, que trabajen en el, que nadie se sienta figura, ni imprescindible, que se relacione con los compañeros, que acepte la critica, que siempre este dispuesto a mejorar y por supuesto que escuche al publico, las cosas no suceden casi nunca por casualidad, y mucho, mucho menos que en ninguna en politica ...

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