lunes, 13 de febrero de 2012

Un proyecto para un nuevo tiempo.

Pocas cosas hay que una tenga más propias que los principios. La amistad, la coherencia, la lealtad, el trabajo y las ideas. Ese conjunto de cosas que nos conforman como individuos y que marcan una forma de actuar en la vida.
La oposición municipal me hizo pasar por todos los estados anímicos posibles pero me enseñó que sólo la fidelidad a los principios y la lealtad con los compañeros y compañeras que siempre estuvieron remando en la barca cuando el temporal arreciaba, es capaz de llevarte a situaciones de tranquilidad y victoria, no tanto electoral como del ideal que te mueve.
Y ahora mi vida política atraviesa por un momento más o menos dulce. Pasado el momento amargo de la derrota colectiva y el agridulce de las consecuencias que ésta produce, llegó el momento de encarar un futuro lleno de apasionantes e ilusionantes cambios. Estoy contenta sí, porque sabemos que cometimos errores y que estamos dispuestos a afrontarlos y a corregirlos. Tenemos retos apasionantes ante nosotros y gente con capacidad
Es un reto apasionante para mí este Congreso Regional de Cantabria porque es la oportunidad de formar parte en el proceso de recuperación de mi partido. Es el momento en que nuestro proyecto se abre a la sociedad, en el que pedimos a los que están, a los que se fueron, a los decepcionados, a los cabreados y a los ilusionados que caminen a nuestro lado aportando todas esas cosas buenas que nos harán recuperar el papel que nunca debimos perder.
Y lo haré como procuro hacer todo lo que emprendo. Con respeto pero con mis principios por bandera. Más allá de la vehemencia y de palabras de trazo fino o grueso, con la lealtad ganada por los que siempre estuvieron, aunque pintaran bastos.
Con trabajo y energía porque no hay mejor combustible que el de la ilusión por un proyecto que reconoce errores y los corrige. Con y no contra, con todos y todas las que quieran formar parte de este barco y contra nadie. Con la firmeza necesaria para defender algo que está muy por encima de individualidades e individualismos pero que precisa de todos los individuos.
Con ojo avizor y oído abierto para no perder ni un matiz de lo que la sociedad o los y las compañeras piensan porque no hay mejor proyecto que el colectivo, el de la unión de sensibilidades y socialismo afectivo para dar calor al frío desolador que muchas veces nos sumen las derrotas.
No me busquéis para las urdimbres ni para retorcidas teorías, no me intentéis convencer de teorías que el tiempo se empeña en volver en contra como un boomerang. Recordad que, aunque callada y discreta, ya estaba. Siempre estuve. No me pidáis que utilice a las personas, no exijáis fe a esta atea pero sí contad con el empeño de una trabajadora, creo que leal y amiga de sus amigos, enemiga del pesimismo cuando el optimismo sólo depende de mí.
No hay nada que no podamos lograr si nos lo proponemos. ¿Me ayudas a conseguirlo?

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