domingo, 18 de marzo de 2012

DE ESTOS DIAS ACIAGOS A LOS DIAS SOLEADOS

Este 12 Congreso Regional tiene que ser el punto de inflexión de muchas cosas: de la recuperación del discurso progresista, de la vuelta a la presencia en la sociedad cántabra, a ser voz de los que peor lo pasan con esta crisis y de volver a poner los derechos de las personas por encima de los intereses económicos y sociales de la derecha más rancia de este país.
Pero, además, tiene que ser el comienzo de una nueva forma de funcionamiento a nivel interno. Tienen que acabarse los espacios propios de quienes dan lecciones incapaces de aplicarse a sí mismos. Tiene que ser el fin de la utilización de las personas para espurios manejos. El único espacio que debe haber en este partido es el de la militancia, el de la participación, el proyecto, el trabajo y la ilusión. Muchas veces me dijeron que mi opinión era fruto de la interpretación de lo que otros me contaban.  Pues bien, corto se quedó lo que algunos me narraron.
Cualquier parecido con una historia de ciencia ficción, es pura realidad. Es el arte de contagiar las malas artes, de abajo a arriba o de costado. Es el resultado de hablar de la participación sin querer que los que no son míos participen. O lo que es peor, de mandar a casa a quien sí había decidido participar. Al más puro estilo ordeno y mando poco compatible con la tan manoseada democracia abierta que dicen pero no practican. Es el resultado de sumar restando y de multiplicar, dividiendo.
Es el resultado de hablar de renovación y cambio con las malas artes de siempre y de ilusiones que se rompen antes de acabar de salir de las cuerdas vocales porque los actos no las sostienen.
Hoy, me siento triste con lo sucedido en el Congreso de Juventudes Socialistas porque, en el fondo, aspiraba a que las malas artes de quienes no conocen otro modo de proceder no permeabilizaran entre los más jóvenes. Claro que no caí en que necesitaban de sus esfuerzos contra el propio partido para su beneficio personal.  Tampoco esperaba que el modus operandi de los mentores calaran tan bien entre los cachorros, pero no hay más que leer los teletipos y agencias de prensa para darse cuenta de que la estulticia es altamente contagiosa.  Y es aquí cuando la discreción de la que sufre los ataques, de la que quiere más al partido que a su propio orgullo se agradece más aún. No estás sola.
Se agradece el silencio a favor de las decisiones del propio partido, claro y meridiano en sus resoluciones y que harían sonrojar a quien no tiene rubor en saltarse los más mínimos principios éticos de su cargo. El todo vale, reconocido por los organismos válidos de este partido al que nadie se afilió obligado y al que se debe el respeto debido en el ejercicio de los cargos.
Los chicos y chicas más jóvenes son el futuro de nuestro partido. Bregarles en el fango de algunos de sus antecesores no es más que la demostración que este partido necesita abrir ventanas y sanear acciones. Que una mujer joven reniegue de la Igualdad, que pisotee el debido respeto por los compañeros en el ejercicio de su cargo y se adorne de principios que eran verdes y se comió un burro.
Hoy quiero mandar un mensaje de apoyo, de cariño y de socialismo afectivo a quienes fruto de las guerras cruentas de egos marchitos y enfermos de odio, han puesto en el punto de mira a buenas personas. A personas que han sido acusadas de barbaridades en nombre propio de quien no entiende que socialismo como un proyecto colectivo. Sé que lo han pasado mal y que quedan días duros. Pero ya estamos a punto de salir de la lúgubre noche para empezar a ver asomar el sol.
Y la luz del sol destapará miserias y realzará belleza. Sobre todo, permitirá que el socialismo cántabro encuentre de nuevo el camino acertado.

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