Un centímetro separan políticas progresistas que han hecho
de Euskadi la envidia de la meseta norte y el oasis de esperanza de un futuro
distinto al que el pasado viernes marcaban las noventa y una hojas del Decreto
Ley en el Boletín Oficial del Estado de una Cantabria gobernada por el PP que
supone el espejo de las políticas que hunden a España en la desigualdad, la
miseria y la desesperanza.
Una fina línea y un cartel que separan una Cantabria en la
que el paro se ha destruido tres veces más rápido que la media nacional, en el
que el céntimo sanitario ha supuesto un incremento inasumible de carburantes,
aumento del saneamiento más de un treinta por ciento, detrimento de fondos para
la escuela pública mientras al Opus se le premia con un millón de euros,
aumento de listas de espera, copago de medicinas, destrucción de plazas
públicas de Dependencia, destrucción de empleo público, paralización de
proyectos basados en el I+D+I, aumento
de tasas universitarias, impuestos sacados de la manga a los que ya ni manga
les queda, recorte en universidad pública para potenciar la privada de dudosa
calidad académica y, sobre todo, modos de actuación política que se asemejan a
los modos de macarras de barrio más que a representantes de un pueblo asustado.
Un anémico mundo rural al que se le deja morir de hambre de
esperanzas de poderse igualar en oportunidades a los grandes núcleos en una
Cantabria que es, fundamentalmente, rural.
Mentiras y esperanzas vacías de financiación que expiran en
las mesas de ministros y consejeros
Proyectos basados en humo y en la reiteración de los errores
que nos trajeron hasta ese estado de crisis y con un Gobierno más ocupado en
ser la peor oposición de la oposición.
Al otro lado del cartel, Euskadi sigue siendo la esperanza
de una forma distinta de hacer las cosas. Una comunidad con superávit y un
crecimiento basado en la investigación, en el desarrollo y en la innovación y
en la que sanidad, educación y dependencia han sido respetadas con el máximo
escrúpulo por el gobierno de Patxi López.
Socialismo activo frente a Bildu que, pese a hacer ondear
banderas de izquierda, derechizan sus actos tanto como para privar a cientos de
pensionistas de sus complementos de la pensión al no aportar los expedientes al
Gobierno Vasco o que se dedican a amenazar de muerte a las personas que
circulan por las calles sólo por hacer ondear una bandera española en el día
que España gana la Copa de Europa de fútbol.
Sin embargo el PNV no oculta sus anhelos derechistas y
anuncia recortes cual pollo sin cabeza, porque sí, porque la derecha siempre
recorta a quienes menos tienen para dárselo a quienes mejor pasan las crisis y
ya se sabe que el PNV es partido de tradiciones y obsesiones: consultas, banderas,
identidades y ambigüedades al más puro estilo Ibarrechiano.
En Euskadi no habrá copago sanitario, ni recorte en sanidad
o educación al estilo Mato y Wert porque las personas siguen siendo
importantes. Su bienestar también. En Euskadi se seguirán ampliando las plazas
de escolarización de niños de 2 años, o se seguirán construyendo hospitales
punteros como el de Mondragón, se seguirán impulsando políticas que faciliten
el acceso a viviendas de VPO e incluso habrá alcaldes socialistas que retiren
fondos de los bancos que no faciliten préstamos (razonables, por supuesto) a
los adjudicatarios de viviendas de protección oficial como es el caso de Mikel
Torres, Alcalde de Portugalete.
Un 33% más de becas, impulso al trilingüismo u ochenta mil ordenadores
en el sistema de educación han
conseguido que la tasa de abandono escolar en Euskadi sea menor que en España y
que incluso en Europa.
Aumento de casi el doble en inversión social y la puesta en
marcha de uno de los sistemas más avanzados de atención a personas mayores en
su domicilio. Más de 23.000 personas mayores de 65 años atendidas en sus casas
de forma personalizada. 321 millones para luchar contra el paro ,2.180 millones
para apoyar la financiación de las empresas,
666 millones para apoyar a PYMES y autónomos y un 2% del P.I.B. en
I+D+I, energías renovables.
Mientras el PP recorta y lastra a la clase media, los
funcionarios, pensionistas o parados para financiar la deuda de los bancos, el
PSE-EE invierte en educación, en crecimiento y en apoyos a las pequeñas y
medianas empresas que son las que crean empleo.
Un centímetro para dos realidades muy distintas. Euskadi a
la izquierda y Cantabria a la derecha , la del PP, la de los que deciden
recortar a quienes menos tienen.
Es obvio que no es lo mismo.
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