sábado, 3 de noviembre de 2012

Hablemos claro, Sr. Diego.

La crisis es tan profunda que hasta mi paciencia se ha llevado por delante. Lo reconozco, no aguanto más imbecilidades. Me planteé estar viviendo en una especie de realidad virtual de mal gusto en la que todo parecido con la realidad terrenal era pura coincidencia, pero no. Allí estaba el Presidente de Cantabria para cargarse las migajas que me quedaban de serenidad, resignación, conformidad, temple, aguante, estoicismo, mansedumbre, perseverancia, sosiego, tolerancia, tranquilidad, calma, entereza y flema.

Dice el personaje –porque estoy convencida que esto jamás lo diría una persona- que Cantabria está mejor en un año y medio que lleva él gobernando que durante los 8 años anteriores con el anterior gobierno.

Mire, señor Diego, usted supone un insulto no sólo a la inteligencia –que lo es y mucho- sino a más del 21% de personas de Cantabria que viven por debajo del nivel de la pobreza en esta Comunidad, a los miles que han ido al paro desde que usted llegara con la promesa de solucionar la crisis en Cantabria en 100 días, a aquellas familias que ven peligrar su sustento económicos porque usted ha decidido hacerle los coros a Rajoy y sus “Merkeladas” y antepone el déficit al hambre, a las familias a las que les ha quitado la beca porque lo que había se lo ha llevado el Torrevelo del Opus, a los ganaderos a los que está dejando morir de la forma más inhumana que existe y que es la de la inanición, a los ciudadanos de los municipios a los que quitándoles el Fondo de Cooperación les priva de accesos, de agua potable, de servicios sociales, a los cientos de empleados de empresas de la construcción a los que usted les pintó un programa electoral de ladrillo y que ahora están en la calle porque de lo dicho al hecho hubo un trecho… ¿Sigo? ¿Que Cantabria está mejor? ¿Para quién? Ah, sí, para sus allegados, amigos…

Ha conseguido que médicos, maestros, enfermeros, bomberos, funcionarios de todos los estados y estamentos, estudiantes, padres, ancianos y parados estén hasta los bemoles de un tipo que se jacta de haber hecho crecer el paro, parado la obra pública, de un clientelismo caciquil y servil hacia el PP pero no al conjunto de los ciudadanos.
Usted pasará a la historia por ser el presidente que más hizo por intentar acabar con el mundo rural abandonándolo a su suerte. Y digo intentar porque mientras haya personas a las que nos quede un poquito de fuerza lo intentaremos evitar desde las pequeñas o grandes atalayas.

¿Se acuerda del papelito que dio a sus alcaldes para que le apuntaran las preferencias a la hora de pedir las obras? Es todo tan indecente que una persona se sonrojaría. Pero usted, saca pecho. Cada vez somos más los que tenemos la sensación de que a usted le interesa Cantabria para medrar pero no le interesan en absoluto los problemas de los cántabros.

Ignacio Diego pasará con mucha pena por demasiadas familias pero con muy poca gloria. Que el PP le sea propicio porque, de otra forma, ni eso habrá merecido la pena.

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