Acaba el año 2.012 y toca echar
la vista atrás para hacer balance. No ha sido un buen año.
Mucho dolor, rabia y decepción.
Por lo que hicieron los que prometieron el chocolate del loro pero quizás
también por lo que no supimos hacer nosotros.
Ha sido un año duro en la gestión
municipal. He puesto todas las tiritas que he podido a las heridas que quien
prometió velar por las personas, los ha puesto al borde del risco de la
desesperación.
También vi la sonrisa de Laura
con su nueva silla, a Modesta y Nemesio bajo el techo y el calor de la
Residencia de Ancianos porque hay quien vela por las personas más allá de las
cifras frías de un negocio. Sus sonrisas, el mejor de los premios.
La crisis no son las macro cifras económicas con las que nos intentan vender esta estafa. La crisis tiene caras y
tiene víctimas inocentes de toda esta desgracia. Y son, además, las más
apaleadas. Sus desgracias son las que ceban a los cerdos.
Comienza el 2.013 con visos de
más desesperanza y dolor. Pero me niego a bajar los brazos y dejar de luchar. Se
lo debo a demasiada gente. A las personas a las que represento, a las que no, a
mis hijas porque me niego a dejarles un mundo peor que el que su madre vivió, a
mi abuela porque luchó casi 90 años para vivir mejor que su madre. A aquellos a
los que mi fuerza y acción pueda llevar un poco de esperanza. Lo bueno de esta
lucha es que siempre voy acompañada. Y llevo conmigo a los mejores, a los que
me ponen los pies en la tierra y me sacuden cuando decaigo. Con los que lloro y
río. También llevo a los mediocres, es verdad, pero cuanto peores son, más realzan
las cosas buenas de la buena gente.
Mi propósito es no rendirme.
Seguir peleando por lo que creo con la misma vehemencia y con la misma lealtad.
No callarme ante ninguna injusticia y luchar contra ellas. Seguir peleando para
que la solidaridad sea sustituida por justicia social y la caridad por la
igualdad. No importa lo negro que lo dibujen, siempre que llovió, escampó.
También escribir más en este blog
y sacar fuerzas para escribir más en los medios que tengo un poco abandonados.
Prometo cuidar a mis amigos e
ignorar a mis enemigos, seguir admirando a las personas que hacen que cada día
aprenda una cosa más, reír, llorar y enfadarme y, sobre todo, a seguir siendo
yo misma con mis defectos y mis virtudes.
Feliz 2.013. Luchemos porque sea
nuestro año, no dejemos que nos lo arrebaten.
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