El sábado pasado más de 2.000
personas nos manifestamos en Santander en contra del Fracking o Fractura
Hidráulica.
No tengo muy claro si ésta que
les escribe lo hace muy a título particular o arrastra tras de sí algo de la
responsabilidad que una asume cuando es elegida para ostentar un cargo. Yo
estoy en contra del Fracking. Y lo estoy porque sé que es nocivo y
contraproducente para mis vecinos, para su actividad, para su vida cotidiana,
para el agua que beben, para el ganado del que comen y viven. Y en esto, mis
vecinos y yo estamos en total sintonía: no lo queremos ni aquí ni en ningún
sitio.
El viernes por la tarde saltó la
noticia de que el Gobierno de Cantabria prohibiría el Fracking. Así, a modo de
titular rimbombante y como si la iniciativa partiera de ellos. No hubiera
imaginado yo que el problema de sordera de este gobierno hubiera derivado en
tamaña ceguera. Y es que todas y cada una de las mociones presentadas en los
ayuntamientos de Cantabria han sido unánimes en su NO al Fracking. Lo más
curioso es que tenemos en periodo de exposición pública dos nuevos proyectos de
extracción: el Edison y el Galileo, cuya publicación en el BOE del 19 de
Septiembre de 2012 (nºs 31313 y 31314) parece que desconocía el Gobierno
porque, aprovechando la Conferencia de Presidentes, le podía a haber dicho a Rajoy
que ni se molestaran que Cantabria no permitirá el Fracking. Así, como los
toreros, con valentía.
Y hemos pasado del titular
rimbombante y “quedabien” al titular “friki”. Ese tipo de titulares que ofenden
la inteligencia de las personas inteligentes que lo leen. ¡Que dice Nacho Diego
que los que nos manifestamos el sábado lo hicimos para agradecérselo a él! Y lo
habrá dicho sin rubor y sin un ápice de vergüenza –no me queda claro si alguna
vez la tuvo o es que la gastó antes de hacer la Comunión-.
El día de la manifestación
hablaba yo con el único diputado del PP que tuvo a bien “agradecer” tal
bondadoso gesto a su todopoderoso Presidente y de la conversación mantenida me
queda claro que esto no es más que una declaración de intenciones –que comparto
absolutamente, todo sea dicho de paso- que algo que se soporte en algún
razonamiento jurídico. Y es que la competencia del subsuelo es del estado y no
le veo yo con arranque pseudo nacionalista a Nacho Diego como para exigirle a
Rajoy las plenas competencias sobre él en Cantabria.
No quiero el Fracking pero los
que llevamos meses alegando, formando, informando, involucrándonos y estando
cerca de los que temen por su modo de vida en las reivindicaciones, no
admitiremos posiciones populistas que no estén basadas en planteamientos serios
y factibles. No. Aunque a Nacho Diego le parezca que gastamos talla alta de
imbecilidad, ya somos mayores de inteligencia. Y así queremos que se nos trate.
Con el respeto debido que otorgan neuronas y el compromiso no engolado y
ficticio por una causa que sí nos preocupa.
Y no admitiremos que quienes no
se han mojado hasta anteayer, -porque era mucho más sencillo echar la culpar a
otros de lo mismo que aparece en el BOE el mes pasado – intenten subirse al
carro a costa de pisar a los que ya tiraban de él desde hacía mucho tiempo.
Mire, señor Diego, no sé si este
anuncio pretendía desmovilizar –que conociendo sus artes, me da que sí- o,
simplemente, marcarse un tanto pero ni una ni otra.
El tanto se lo pueden marcar las
personas que llevan tiempo concienciando a la población, informándolas y
dándolas a conocer los perjuicios de una técnica que mata nuestro medio
ambiente sólo para poder seguir saciando el poder de las petrolíferas.
Todo lo que podamos hacer en
contra de esta técnica, lo haremos –llevamos meses diciéndolo- pero no entiendo
muy bien qué ha cambiado desde que hace tres semanas, sí, tres semanas, el
Consejero de Industria dijera que no había nada que el Gobierno pudiera hacer
en el pleno del Parlamento de Cantabria hasta su dosis de “titularesitis” pero
créame si le digo que estoy ansiosa por saberlo.
Si cree que este tipo de “frikadas”
a las que nos tiene acostumbrados –es lo que tiene no hacer obras que
inaugurar, que hay demasiado tiempo libre- nos hará detenernos en la lucha por
preservar nuestro paisaje , el agua, la actividad ganadera y agrícola, ¡qué
poco nos conoce!. Seguiremos adelante porque nosotros sí nos lo creemos. ¡Vaya
que si nos los creemos!
Y mientras tanto, que sepa que no
nos manifestamos para darle las gracias. Y que agradeceríamos saber cómo nos
podemos negar a que el Fracking se instale en Cantabria y en el resto del
estado para sumarnos como los que más.
Lo que sí le agradezco es que
haya sacado de este sinvivir silencioso a Iñigo de la Serna. Que estaba el
hombre muy preocupado por la posible contaminación del agua de Penilla de
Toranzo (de la que se abastece Santander). Y ha sufrido en silencio porque por
más que me he esmerado en buscar, ni una sola mención ha hecho en público. Pero
me alivia su alivio porque, por lo menos, en algo estamos de acuerdo. No
queremos contaminar nuestras aguas. Ni que nadie beba agua contaminada porque
no defendimos nuestros recursos.
Demasiado surrealismo para un
tema que es serio. Muy serio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario