sábado, 21 de julio de 2012

Mentiras, miseria y lucha social

Que el Gobierno miente más que habla es un hecho irrefutable. Que las excusas para justificar esa cantidad tan ingente de mentiras son tan variopintas como falaces, tampoco es motivo de discusión y, para mejorar –si fuera posible- lo dantesco de la situación, hay que recurrir a la prensa extranjera para conocer el alcance de la verdadera masacre de derechos y la ignominia con la que trata a los ciudadanos y ciudadanas de este país, menoscabando a los funcionarios, a los parados o a las personas que menos posibilidades tienen de salir con un mínimo de garantías de esta crisis.

Subidas de impuestos y bajadas de derechos. Un presidente del Gobierno que huye, se esconde y que hace de su capa un sayo pero que pide a sus esbirros que alcen la cabeza ante una ciudadanía con cada vez menos esperanza y más rabia (de esa que, ante la falta de nada que perder, aflora cuanta mayor es la necesidad de lo básico). Un sinsentido de quien gobierna desde el desgobierno que produce el creerse dueño de la situación y no ser más que una marioneta de quién en otros tiempos creyó que eran sus iguales y utilizó para alcanzar el poder.

La manida herencia se ha vuelto como el peor de los boomerangs en todo el morro porque a lo mejor cayeron en la tentación de convencer a toda Europa de sus mentiras desarrogándose culpa alguna de la crisis que nos obliga a ser intervenidos, rescatados y maniatados. Como Rajoy es tan dado a escuchar fuera lo que no es capaz de oír en su país, los medios europeos le recuerdan a diario que nos están apretando el cinturón hasta la asfixia por la necesidad de salvar a los bancos. A esos bancos que financiaron obras imposibles de personajes del PP que contribuyen con arduo esfuerzo al estupidiario en que, los que ahora aplauden al líder cuando anuncia los recortes de la vergüenza, nos metieron.

Frente a la cara de un afligido Rodríguez Zapatero, la orgullosa de Rajoy . Y una imagen que vale mil –¡qué digo, millones!- de palabras.

Y el PSOE, tibio. Demasiado tibio. Si los partidos tienen que ser el reflejo de lo que la ciudadanía pide, el PSOE debe estar a pie de calle y a pie de problema. Con oposición firme y con líneas rojas nítidas, meridianamente nítidas. Pocos –por ser optimistas- pueden entender que se hablen de pactos cuando las líneas rojas no es que hayan sido sobrepasadas, es que han saltado por los aires. Hay que volver a recuperar la esencia del Socialismo, sí, con mayúsculas, volver a sentirnos obreros y recuperar lo que no tuvimos que dejar escapar.

La gente, mi gente, la que veo a diario y a la que atiendo en sus problemas cotidianos en el ayuntamiento, pide ayuda. Sí, ayuda. Nos necesita como nunca y no puede entender eso de la “responsabilidad” traducida en ambigüedad por mucho que ésta responda a una estrategia. A veces tengo la sensación de que nos lastra mucho una especie de injusto “Síndrome de Estocolmo” de nuestros años en el gobierno que pudiera dar la razón al PP en sus acusaciones. Si hoy la situación no es más dramática es por las políticas sociales que se llevaron a cabo en este país durante los últimos 8 años y que se torcieron cuando cedimos socialismo a los mercados. Sabiendo que hay muchas cosas que tenemos que cambiar y, hacer de la corrección de los errores la base de los futuros aciertos, hay que estar en la calle y, sobre todo, con la intensidad con la que se nos pide que estemos.

Colegios públicos con menos profesores, ancianos que habrán de decidir si comer o sanar, el mundo rural como en épocas franquistas, abandonado y con una discriminación con respecto a los núcleos urbanos atroz, dependientes que morirán antes siquiera de ser valorados y parados sin nada que echarse a la boca mientras que en la Catedral de Santiago desaparecen dos millones de euros sin que nadie se dé cuenta porque los dineros de la Iglesia, opacos cual chapapote, no tributan.

Hace algo menos de un siglo, los obreros consiguieron lo que hoy estudiamos en los libros de Historia. Quiero que mis hijas estudien en sus libros de Historia que los obreros recuperaron sus derechos en pleno siglo XXI porque fueron dueños de sus sueños, de sus trabajos y de sus ansias de justicia social y de Igualdad.

Trabajo y lucha. Nada nuevo bajo el sol.


Publicado en Estrella Digital.

domingo, 15 de julio de 2012

Euskadi y Cantabria, izquierdas y derechas. No, no es lo mismo


Un centímetro separan políticas progresistas que han hecho de Euskadi la envidia de la meseta norte y el oasis de esperanza de un futuro distinto al que el pasado viernes marcaban las noventa y una hojas del Decreto Ley en el Boletín Oficial del Estado de una Cantabria gobernada por el PP que supone el espejo de las políticas que hunden a España en la desigualdad, la miseria y la desesperanza.
Una fina línea y un cartel que separan una Cantabria en la que el paro se ha destruido tres veces más rápido que la media nacional, en el que el céntimo sanitario ha supuesto un incremento inasumible de carburantes, aumento del saneamiento más de un treinta por ciento, detrimento de fondos para la escuela pública mientras al Opus se le premia con un millón de euros, aumento de listas de espera, copago de medicinas, destrucción de plazas públicas de Dependencia, destrucción de empleo público, paralización de proyectos  basados en el I­+D+I, aumento de tasas universitarias, impuestos sacados de la manga a los que ya ni manga les queda, recorte en universidad pública para potenciar la privada de dudosa calidad académica y, sobre todo, modos de actuación política que se asemejan a los modos de macarras de barrio más que a representantes de un pueblo asustado.
Un anémico mundo rural al que se le deja morir de hambre de esperanzas de poderse igualar en oportunidades a los grandes núcleos en una Cantabria que es, fundamentalmente, rural.
Mentiras y esperanzas vacías de financiación que expiran en las mesas de ministros y consejeros
Proyectos basados en humo y en la reiteración de los errores que nos trajeron hasta ese estado de crisis y con un Gobierno más ocupado en ser la peor oposición de la oposición.
Al otro lado del cartel, Euskadi sigue siendo la esperanza de una forma distinta de hacer las cosas. Una comunidad con superávit y un crecimiento basado en la investigación, en el desarrollo y en la innovación y en la que sanidad, educación y dependencia han sido respetadas con el máximo escrúpulo por el gobierno de Patxi López.
Socialismo activo frente a Bildu que, pese a hacer ondear banderas de izquierda, derechizan sus actos tanto como para privar a cientos de pensionistas de sus complementos de la pensión al no aportar los expedientes al Gobierno Vasco o que se dedican a amenazar de muerte a las personas que circulan por las calles sólo por hacer ondear una bandera española en el día que España gana la Copa de Europa de fútbol.
Sin embargo el PNV no oculta sus anhelos derechistas y anuncia recortes cual pollo sin cabeza, porque sí, porque la derecha siempre recorta a quienes menos tienen para dárselo a quienes mejor pasan las crisis y ya se sabe que el PNV es partido de tradiciones y obsesiones: consultas, banderas, identidades y ambigüedades al más puro estilo Ibarrechiano.
En Euskadi no habrá copago sanitario, ni recorte en sanidad o educación al estilo Mato y Wert porque las personas siguen siendo importantes. Su bienestar también. En Euskadi se seguirán ampliando las plazas de escolarización de niños de 2 años, o se seguirán construyendo hospitales punteros como el de Mondragón, se seguirán impulsando políticas que faciliten el acceso a viviendas de VPO e incluso habrá alcaldes socialistas que retiren fondos de los bancos que no faciliten préstamos (razonables, por supuesto) a los adjudicatarios de viviendas de protección oficial como es el caso de Mikel Torres, Alcalde de Portugalete.
Un 33% más de becas, impulso al trilingüismo u ochenta mil ordenadores en  el sistema de educación han conseguido que la tasa de abandono escolar en Euskadi sea menor que en España y que incluso en Europa.
Aumento de casi el doble en inversión social y la puesta en marcha de uno de los sistemas más avanzados de atención a personas mayores en su domicilio. Más de 23.000 personas mayores de 65 años atendidas en sus casas de forma personalizada. 321 millones para luchar contra el paro ,2.180 millones para apoyar la financiación de las empresas,  666 millones para apoyar a PYMES y autónomos y un 2% del P.I.B. en I+D+I, energías renovables.
Mientras el PP recorta y lastra a la clase media, los funcionarios, pensionistas o parados para financiar la deuda de los bancos, el PSE-EE invierte en educación, en crecimiento y en apoyos a las pequeñas y medianas empresas que son las que crean empleo.
Un centímetro para dos realidades muy distintas. Euskadi a la izquierda y Cantabria a la derecha , la del PP, la de los que deciden recortar a quienes menos tienen.
Es obvio que no es lo mismo.

domingo, 1 de julio de 2012

Querido Diario: InverCantabria se acabó

Querido Diario: esta semana se clausuró InverCantabria. Lo de Diego ha sido como la Pasarela Cibeles pero de los proyectos megalómanos del John Galiano de la política cántabra. Ya sabes, el enfant terrible de la política. Y, como la propia moda, no es importante qué es lo que se enseña (a quién le importa seda o tul cuando se adorna de brillantes y estridentes lentejuelas)

Es decir, modelos ‘carisísimos’ embutidos en tacones imposibles y que sólo son de escaparate porque no sirven para poder salir a las compras, al médico, al colegio, al parque. Es decir, a los lugares donde el común de los mortales suele llevar a cabo su vida diaria.

Diego prometió 800 millones de euros de inversión por cada año de legislatura y, sabedor de que lo único que ha conseguido es aumentar el paro de forma escandalosa y un desdén mayúsculo de quien le prometió acabar Valdecilla –su jefe, Mariano Rajoy- ha tenido que ponerse a recopilar raudo y veloz cartulinas, vídeos e informes de viabilidad económica que parecen sacados de un tebeo de Zipi y Zape por lo imposible de los mismos. Sin participación pública –eso sí, los proyectos costarán a los cántabros el coste que se le imputarán a los enfermos las prótesis y las ambulancias- y con la sensación de ser un denso humo que esconda las vergüenzas de quien sabe que la inacción no se puede sostener 365 aduciendo el mismo argumento: la herencia.

Y mientras se sucedían los ejes, carriles, vías y sendas de InverCantabria, su destrucción de los servicios públicos avanzaban raudos y veloces: el cierre de La Pereda, el comedor social de Santoña, el centro de día de Castro, la intención de cerrar el centro de atención y rehabilitación de la isla de Pedrosa, el Centro de menores, el menoscabo de la educación, tanto primaria, secundaria como universitaria pública a favor de la privada, etc. Y qué decir de la Ley de Dependencia en la que Cantabria, desde la llegada del PP, ha pasado de notable alto a muy deficiente sin despeinarse siquiera.

Es, decir, pasarelas de humo y lujos insostenibles para quienes saben que no es posible ocultar más el engaño.
Diego pasará a la historia como el Presidente que menos estuvo en el Parlamento, que menos guardó las formas, que menos verdades dijo y, sobre todo, que menos cuidó la educación, la buena y la pública.

Querido diario, como decía Paloma San Basilio en aquella Eurovisiva “La fiesta terminó”: “…la fiesta terminó. Ya no hay más que niebla entre tú y yo. Para qué echar más leña a arder si el fuego se ha apagado ya…”. Pues eso, que sólo quedan la niebla y el frío…